La naturaleza divina en mi
2025-12-04

1. Oración inicial
«Gracias Señor Jesús por venir a morar en mi vida por medio de tu Santo Espíritu. Como María entiendo que esto es un gran misterio; que el Majestuoso y Soberano Dios, haya decidido venir a morar en mi naturaleza humana, por haber recibido a su Hijo Salvador en mi corazón, pero estoy dispuesto a rendir todo mi ser a ti, y a permitir que tú tomes el trono de mi vida y manifiestes tu naturaleza sobrenatural en mí, lléname de tu Santo Espíritu, amén. «

2. Lee la palabra de Dios
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. Lucas 1:30-35

3. Reflexiona
Si nos ponemos frente a esta escena de la historia nos encontraremos en Nazaret ciudad de Galilea, con un relato que transcurrió seis meses después de que el ángel se le apareciera a Zacarías, ahora estaba apareciéndose a María, una virgen del pueblo de Israel. Cumpliéndose la profecía de parte de Dios a través del profeta Isaías que dice: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Isaías 7:14
Isaías utilizó la palabra hebrea “~almah” (virgen, doncella) bajo la inspiración del Espíritu Santo profetizando que el Mesías vendría, y ese niño nacería de una virgen. María fue muy favorecida, fue bendecida entre las mujeres. Elevó la maternidad a un nivel superior. Muchos niegan este hecho sobrenatural relatado en la Biblia, considerado biológicamente imposible, pero la autoridad de la Palabra de Dios es suficiente en sí misma y afirma categóricamente el nacimiento virginal de Cristo.
María ante esa aparición angelical se turbó, porque cuando lo sobrenatural se pone en contacto con lo natural, siempre crea temor. Preguntó: “¿Cómo será esto?, pues no conozco varón”. Es importante destacar que ella no dudó de lo que le dijo el ángel, sino que quería saber cómo se realizaría tal acontecimiento. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios.», Lucas 1:35
La respuesta del ángel destaca un detalle de máxima importancia. El mensajero afirmó que el Espíritu Santo, de una forma creadora, haría que Jesús fuera físicamente concebido. Esta concepción milagrosa y el mencionado nacimiento virginal de Cristo eran necesarios también por su carácter divino, es decir, por su deidad y por su preexistencia. El nacimiento virginal era la única manera por la cual Dios podía introducir a un ser santo en la familia humana, colocando en el vientre de María la simiente divina, por medio del Espíritu Santo.
Cuando María lo entendió estuvo dispuesta a ser ese instrumento que Dios utilizaría para traer al Salvador del mundo, independientemente de todo lo que esto implicaba para su vida.
Ante lo sobrenatural, podemos experimentar el mismo temor, pero tenemos que acostumbrarnos a esto, puesto que el Espíritu Santo nos ha sido dado a los creyentes, para que la naturaleza sobrenatural y divina de Cristo viva en nosotros y se manifieste a través de nuestras vidas. María tuvo el privilegio de recibir a Cristo físicamente al tenerlo en su vientre, pero también espiritualmente (puesto que estaba llena del Espíritu Santo), y su entrega a Él fue total. Ahora nosotros somos los portadores de esa naturaleza divina porque somos templo del Espíritu Santo, que es el mismo Espíritu de Cristo. La pregunta para nosotros entonces es: ¿estamos dispuestos a ser esos instrumentos en las manos de Dios, para que siga haciendo su obra a través de nuestras vidas?

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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