El carácter del Padre en el Hijo. Parte 3

«Padre Dios, gracias por permitirme tener comunión contigo, gracias porque por medio de la oración y tu palabra en la comunión del Espíritu Santo puedo relacionarme contigo, conocerte y ser transformado por tu amor. Sigue desarrollando tu carácter en mí. Amen.»

“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Marcos 1:35
“Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró” Lucas 22:39-41

La paternidad es un regalo maravilloso que Dios me ha permitido experimentar, y por medio de la cual me sigue enseñando grandes verdades espirituales, precisamente una de ellas tiene que ver con el desarrollo del carácter de Cristo en mi vida. A medida que mi bebe ha ido creciendo he podido observar como él aprende de manera impresionante al observarnos a su mami y a mí en el diario vivir. Ha ido aprendiendo a comer, a distinguir objetos y a pronunciar sus primeras palabras, pero también a sonreír, a tener expresiones de cariño y de alguna manera a expresarnos su amor.
Precisamente Dios para enseñarme de manera práctica cómo dejar vivir a Cristo en mi vida me revelaba por el Espíritu Santo que como creyente debo hacer lo mismo que hacía Jesús, quien pasaba tiempos de calidad con su Padre Celestial, como se relata en Marcos 1:35 y Lucas 22:39-41, tiempos en los cuales podía conocer profundamente el carácter de su Padre a tal punto de poder declarar: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” Juan 5:19
Intencionalmente, en medio de su agitada vida ministerial, Jesús apartaba tiempos especiales para pasar con su Padre Dios a través de la oración, y es lo mismo que se nos pide a nosotros los creyentes, quienes hemos sido adoptados como hijos de Dios, pues ahí en la comunión del Espíritu Santo es donde podemos conocer al Padre y así como un bebe va aprendiendo de manera natural, nosotros también lo hacemos igual, pero en el ámbito espiritual, para llegar a declarar como Jesús: “porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” De esta manera es que se va formando el Carácter de Cristo en nosotros, a medida que pasamos más tiempo conociendo a nuestro Padre en intimidad, permitiéndole al Espíritu Santo realizar su obra en nosotros.