El que lleva la Palabra viva, no puede callar
2025-05-27

1. Oración inicial
«Gracias mi Jesús amado, quiero responder al llamado, a ser profeta a las naciones, a predicar tu Palabra a tiempo y fuera de tiempo. Gracias por colocar en mi corazón una carga espiritual por esta generación separada de ti, que anuncie que tú eres el camino, la verdad y la vida y, que no hay manera de retornar al Padre sino por ti. Señor te pido que muchos sean despertados espiritualmente, que tú remuevas todo lo superficial para que alumbres los corazones endurecidos, que abras los ojos y los oídos espirituales, porque el tiempo está cerca para tu venida. Amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”. Isaías 60:1-3
“Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos”. Ezequiel 2:3-5

3. Reflexiona
Ser luz en medio de las tinieblas es el mensaje dirigido a la iglesia de Cristo en estos tiempos, al remanente fiel que porta la gloria no por mérito sino por disposición, los que hemos sido llamados a reflejar su Presencia a este mundo que está perdiendo su dirección.
El escenario de Dios para probar la fe ya está preparado. Estamos viviendo tiempos de crisis sobre el mundo, que ya han sido predichos en su Palabra, como dice la Escritura: “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”; y todos los creyentes seremos sometidos a prueba para exponer lo que hay verdaderamente en nuestro interior. Entonces veremos que lo que se derrumba es porque no estaba firme y lo que resiste es lo que ha sido formado en intimidad, en lo secreto, en el quebranto, en la soledad, en el silencio, en la incomodidad, los que hemos afinado el oído para oír al Señor; por eso cuando llegue la hora de hablar, las palabras no saldrán de la emoción, sino por el poder del Espíritu Santo, para levantarnos con fuerza a proclamar lo que Dios ha dicho.
No callaremos, sino que seremos como Juan en el desierto anunciando el regreso de Cristo. Es el remanente fiel, que busca hacer la voluntad de Dios, llamados a hablar a un pueblo duro de corazón y obstinado, como en tiempos de Ezequiel; pero Dios no pide resultados sino obediencia. Esa es nuestra misión, llevar la Palabra viva, incluso cuando el entorno no quiera recibirla. Sólo los que escuchan la voz del Espíritu Santo, permanecen cuando otros abandonan, los que creen a pesar de que las promesas tardan, los que caminan cuando el suelo tiembla, porque no viven por vista sino por convicción. Los que tienen una fe purificada por el fuego de la aflicción, por eso cuando las estructuras caigan, no se derrumbarán porque están cimentados en la Roca Eterna, Cristo.
El remanente fiel es portador de carga, no va ligero, porque nos pesa el dolor de esta generación que sufre por estar lejos de Dios. Es tiempo de predicar a tiempo y fuera de tiempo, (2 Timoteo 4:2). Que arda nuestro corazón por llevar el mensaje de salvación. Es tiempo de orar por la intervención divina sobre este mundo, para que muchos corazones se dispongan a recibir a Jesús, confiesen con sus labios y con todo el corazón, que Él es el Señor, el Redentor y el Salvador.
Decidamos si seguimos en la comodidad o respondemos a este llamado.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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