Por la sangre del pacto eterno
2025-09-25

1. Oración inicial
«Padre, gracias por cada verdad liberadora que me es revelada por tu Espíritu a través de tu Palabra; gracias por cada día hacer en mí lo que es agradable delante de ti, gracias porque sé que continuarás por Jesucristo esta buena obra hasta el día en que Él vuelva, a ti sea siempre la gloria, la honra y la alabanza, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Hebreos 13:20-21

3. Reflexiona
El nuevo y eterno pacto en sí mismo expone una serie de promesas dependientes únicamente de Dios, entre ellas el perdón y olvido de nuestros pecados por parte del Señor, así mismo el tener en nuestra mente y corazón la Palabra de Dios, recibiendo también un entendimiento de ésta, entre otras (Hebreos 8:10-12). Como pudimos ver y entender en el devocional anterior, el cumplimiento de estas promesas se dan en aquel que cree, pues el justo vivirá por fe (Hebreos 10:38, Romanos 1:17).
Pues bien, la cita bíblica del día, encontrada en Hebreos 13:20-21, nos revela una maravillosa y a la vez liberadora promesa del Señor, dependiente precisamente de “la sangre del pacto eterno”, en ella lo primero que podemos ver es que la gracia de Dios manifestada en Jesucristo no es únicamente para el día de la eterna redención, sino una que está obrando día tras día en nuestra vida; en esta cita el escritor, inspirado por el Espíritu Santo, revela a los creyentes, que Dios quien resucitó de los muertos a Jesús, los haga aptos en toda obra buena para que hagan su voluntad, promesa que también es reiterada por el Señor en Filipenses 1:6, 2:13 al decir “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
Hermanos, nuestra justificación, santificación y en general nuestra nueva vida, depende y se sostiene únicamente de Dios, hemos de reposar y permanecer en esta verdad, pues cuando creemos y reconocemos que todo lo bueno y agradable que se refleja en nosotros lo hace Dios a través de Jesucristo que vive en nosotros, entonces nuestra vida continuamente y sin cansancio será ese medio o instrumento que Dios usará para que le glorifiquemos.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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