Muros mentales. Parte 3
2025-10-18

1. Oración inicial
«Señor, Tú dices en Tu Palabra que el que crea estar firme mire que no caiga, quizás hoy pensamos que nuestra mente tiene un muro de protección conforme a Tu voluntad, pero una vez llega la prueba a nuestra vida nos damos cuenta que fácilmente podemos caer. Ayúdanos Oh Dios a permanecer en tí, pues sólo cuando ponemos nuestra mirada en ti, entendemos que en esta mente que tenemos ya no deben estar nuestros pensamientos sino los de Cristo, aquellos que no se pueden destruir ni quebrantar pues ellos permanecen para siempre. Amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.” Nehemías 4:6-9
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.” Salmos 127:1

3. Reflexiona
Nehemías y el pueblo trabajaron en conjunto para construir los muros que protegerían a Jerusalén, pero como bien lo manifiesta el Salmo 127:1 en vano (inútil) habría sido dicho trabajo si Jehová no hubiese sido quien primeramente les llevó a hacerlo, y segundo, quien hubiese dado el respaldo para que aquella construcción fuera terminada a cabalidad (Nehemías 6:15-16); lo mismo sucedió con la guardia que el pueblo de Jerusalén montó una vez los enemigos decidieron atacarlos, pues la Palabra nos revela que también dichos muros no habrían prevalecido si Jehová no los hubiese cuidado, protegido, custodiado, preservado (Salmos 127:1b)
Si ésto sucedió con Nehemías y el pueblo de Jerusalén, lo que Dios nos está indicando es que también sucede en la vida de nosotros los creyentes, pues cuando hablamos de que es necesario que se edifiquen muros de protección en nuestra mente entendemos que ésto sólo se puede realizar: por la iniciativa que pone Dios en nuestro corazón y con Su ayuda y guía, de lo contrario, hacerlo en nuestras propias fuerzas sería inútil, improductivo, pues terminaríamos levantando murallas, que como lo hemos dicho antes, lo que hacen es levantarse en contra de la voluntad del Señor. Lo mismo sucede con la guardia que debemos poner, pues claramente es el Señor el único que puede cuidar y proteger de manera correcta esos muros de protección que rodean nuestra mente, ¿Cómo los guarda? con Su Palabra, como lo dice Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”
Hermanos, una mente fortalecida o una mente con muros de protección es una mente llena de la Palabra de Dios, pues es por medio de las Escrituras, y por supuesto de la revelación del Santo Espíritu de Dios, que cuando entendemos que afuera hay ladrones que quieren derribar esos muros de protección que el Señor ha levantado, nos lleva a estar atentos y preparados para salir, espantar y enfrentar dichos ladrones en el Nombre de Jesús, para que así éstos no entren a saquear nuestras vidas, como vemos que lo hizo Jesús con Satanás, quien cada vez que lanzaba una de sus mentiras, el Señor las derribaba con la Palabra de Dios, por eso le vemos afirmar siempre: “Escrito está” (Mateo 4:4, 7, 10)
Hermanos, la paz de Dios será el resultado, o lo que experimentaremos, cuando edifiquemos esos muros de protección y cuando permitamos que el Señor sea siempre quien los guarde, pues sólo así nuestra mente estará llena de los pensamientos correctos, pensamientos llenos de fe y confianza en Dios, que son los que nos producen esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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