Muros mentales. Parte 2
2025-10-16

1. Oración inicial
«Padre, que Tu Santo Espíritu sea quien levante en mi mente esos muros de protección pues ellos están cimentados en Tu Palabra, Palabra que es verdadera y permanece para siempre. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego… Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio” Nehemías 2:13, 17
“Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.” Nehemías 4:6-9

3. Reflexiona
En el devocional anterior mencionamos la importancia de permitirle al Espíritu Santo de Dios que derribara esos muros mentales que nosotros mismos levantamos conforme nos guiaba la carne, para permitir a cambio, que se levanten muros, murallas o fortalezas que estén conforme a la Voluntad de Dios; para ello el Señor me remitió al relato de Nehemías, quien al enterarse que los muros de Jerusalén estaban derribados, decide ir hasta aquél lugar para trabajar junto con el pueblo y levantar de nuevo unos muros que pudieran proteger la ciudad.
Este relato nos indica que en la vida espiritual también deberíamos hacer lo mismo: tener en nuestra mente muros de protección, pues nuestra mente debería ser toda una fortaleza que no permita que entren enemigos a saquearla, pues como vemos en el pasaje de hoy, ese es el interés de los enemigos, evitar que hayan muros de protección en una ciudad para que sea más fácil robarla, ¿Y si ésto sucede en el ámbito terrenal, cómo no sucederá también en el ámbito espiritual? ¡Claro que sucede igual! pues una vez nuestros enemigos: el mundo, la carne y Satanás notan que hay muros (conforme a la voluntad de Dios) que se han levantado o se están levantando en nuestra mente, correrán y no descansarán para tratar de derribarlos, para poder así robarnos, ¿Robarnos qué? El amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza, todo ese fruto que quiere que tengamos, y le pertenece al Espíritu Santo.
Hermanos, aquellos muros de protección se levantarán en nosotros los creyentes por medio de la fe en la Palabra de Dios, pues a medida que vayamos conociéndola, y por supuesto sea revelada por medio del Espíritu Santo, Él mismo será quien nos lleve a discernir correctamente el tipo de muralla que estamos levantando, si es o no conforme a la voluntad de Dios, si no lo es nos llevará a derribarla pues ese muro se está levantando en contra de la voluntad de Dios, pero si lo es, nos impulsará a levantarla, pues para proteger nuestra mente debemos cambiar nuestro pensamiento por el de Cristo, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Hermanos, no basta solo con levantar muros, murallas o fortalezas mentales que sean conforme a la voluntad de Dios, sino que también es necesario protegerlas, cuidarlas, ponerle guarda, como lo vemos en el versículo 9 del día de hoy, y en ésto profundizaremos el día de mañana.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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