Las oraciones de los santos
2019-08-13
1. Oración inicial
Señor, gracias por ser un buen Padre que se deleita en suplir mis necesidades diarias, lléname de tu Santo Espíritu, es el mejor don que puedes darme cada día. Que mi oración y adoración sean una ofrenda de olor fragante delante de ti. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”, Lucas 11:9-13
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”, Apocalipsis 5:8
3. Reflexiona
¿Cómo crees que Dios ve nuestras oraciones? ¿Cómo una carga? No, las ve como una ofrenda de olor fragante, como un deleite, pues Él anhela estar con nosotros. Entender quién es Dios determina cómo oramos. Cuando más confiadamente nos acerquemos a nuestro Padre celestial, más oirá lo que le pedimos; Él es un Dios cercano, nunca duerme, siempre está dispuesto a oírnos. Dios nos ama tanto que no importa la hora que sea, Él quiere que busquemos su presencia, que toquemos a la puerta de su corazón y que hallemos en Él el descanso que necesitamos.
El secreto de una vida de oración más eficaz es ver a Dios como un Padre bueno que desea darnos lo mejor. Él se deleita en responder, por eso oremos con insistencia. No sólo nos da lo que pedimos sino que nos da el mejor regalo, nos da su Espíritu. Entre más oremos más podremos experimentar su presencia.
Acudimos a un Dios que conoce nuestras necesidades aún mejor que nosotros, y cuyo corazón está henchido de amor generoso hacia nosotros. En Apocalipsis se dice que las oraciones de los santos son presentadas a Dios en copas de oro llenas de incienso, como una ofrenda de olor grato para Él. El incienso simboliza y purifica las oraciones de los santos, pecadores redimidos, quienes están representados por los veinticuatro ancianos. Que nuestras oraciones sean perfume agradable para Dios, como dice el Salmo 141:2 “Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde”.
Cuando valoramos la presencia preciosa de Dios, nuestras oraciones serán más fervientes, serán un sacrificio aceptable, un sacrificio espiritual, donde ofrendamos nuestra alma y derramamos nuestro corazón delante de Él. Un corazón contrito y humilde jamás Dios lo desprecia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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