La seguridad del creyente

«Padre Dios, gracias porque tú que has empezado tu buena obra en mí, la terminarás con la ayuda y el poder del Espíritu Santo. Gracias porque tu Palabra afirma mi fe y me das tranquilidad y seguridad del perdón de todos mis pecados gracias a la obra de Cristo. Amen.»

“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.” Mateo 12:31-32
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6

Los fariseos del tiempo de Jesús tenían un corazón endurecido, ni con la predicación del propio Salvador, ni aun con los milagros que pudieron presenciar creyeron. Estaban tan cegados, que tergiversaban el propósito de la ley, a tal punto que para ellos era un insulto recoger espigas en el día de reposo para alimentarse y saciar el hambre, pues esto significaba trabajar en ese día dedicado al Señor, sin embargo no se daban cuenta que precisamente ese día los discípulos estaban con el propio Señor del día de reposo. (Mateo 12:1-8).
Era tal la incredulidad de los fariseos que aun cuando el Señor sanó a un hombre que tenía una mano seca el día de reposo, y aun después de explicarles que era lícito hacer el bien en ese día, ellos buscaban la forma para destruir y desacreditar a Jesús. (Mateo 12:9-14). Esa dureza de corazón los llevo a tal punto que cuando Jesús hace una demostración asombrosa de su Amor, Poder y Majestad, liberando y sanando a un hombre que se encontraba poseído y además era ciego y mudo, ellos en vez de atribuir este milagro a Dios, lo atribuyeron a satanás, por lo cual Jesús los reprende duramente, y les manifiesta que cualquier hombre que blasfeme o peque tendrá perdón, que aun contra Él, si se dice alguna palabra en su contra tendrá perdón, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón (Mateo 12:22-37).
Ese pecado conocido como el pecado imperdonable, se les declara a aquellos hombre quienes no creyeron en la obra del Espíritu Santo, quien es el encargado hoy en día de convencer a los hombres de pecado, justicia y juicio (Juan 16:7-10). Hermano, hoy todo verdadero creyente, no puede cometer este pecado, porque al creer en Cristo, está glorificando la obra del Espíritu Santo, y Él terminará su buena obra en nosotros.