La fe que obra por el amor, parte 1
2022-01-14

1. Oración inicial
«Señor, que tu verdad, en la cual creo, sea la que me de entendimiento y libertad; te doy gracias porque me permites acceder a ella y así poner mi fe en lo que tú dices. Bendice mi vida y la de todos los que hoy estamos haciendo este devocional para que sea tu Palabra viva y poderosa la que traspase nuestro corazón y pensamientos, en el nombre de Jesús, a ti sea toda gloria y honra. Amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” Gálatas 5:5-6

3. Reflexiona
Conocemos que toda persona es justificada o, en otras palabras, declarada justa delante de Dios únicamente por la fe en Jesucristo, por ello, todo intento o intención de querer obtener la justicia de Dios por otro medio, que generalmente se piensa que es cumpliendo las obras de la ley, queda totalmente invalidado, porque como dice Gálatas 2:16 por las obras de la ley absolutamente nadie será justificado. ¿Podemos entonces concluir que ya no tenemos necesidad de cumplir los mandamientos?, ¿podemos mentir, robar, codiciar y hacer las demás obras que prohíbe la ley? No, sí es necesario que obedezcamos los mandamientos.
La ley como dice la Palabra en Romanos 7:12, es santa y el mandamiento santo, justo y bueno, por ende, se debe obedecer, pues es para nuestra bendición. Pero lo que cambia es nuestra motivación o intención por cumplir los mandatos de Dios; quiere decir, que ya no lo hacemos para buscar ser justos delante de Dios por medio de nuestras buenas obras, sino que lo hacemos por amor, amor a Dios y amor al prójimo.
Nuestro versículo de hoy nos dice que la fe, es decir, aquello que hemos creído, obra o se pone en acción a través del amor, que es la obra de Jesucristo cuando murió en la cruz y nos liberó de la maldición que nos traía la ley por no poderla cumplir (Gálatas 3:13), la que nos hace libres, pero no libres para cometer pecado y sufrir las consecuencias, sino libres de la esclavitud del pecado.
Entonces, sabiendo que no somos justificados ni condenados por cumplir la ley, pero que tampoco nos debemos hacer esclavos del pecado; el llamado es a que vivamos en la libertad que Cristo nos ha dado y siendo guiados por medio del Espíritu Santo que se nos ha enviado. Si así lo consideramos, el resultado será una maravillosa obra honrando a Dios y haciendo el bien a nuestro prójimo, es decir, cumpliendo la ley por amor o, lo que en otras palabras sería, la fe obrando por el amor.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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