Jesús, mi ancla firme en este mar del mundo
2025-12-30

1. Oración inicial
«Amado Jesús tu Palabra me dice: “puestos los ojos en Jesús autor y consumador de mi fe”. Hoy en medio del mar de problemas donde a veces me encuentro quiero colocar mi mirada en ti mi Señor y Salvador, aumenta mi fe para que a pesar de las circunstancias que me rodean, pueda siempre confiar en tu fidelidad y amor. Señor que mis ojos se fijen en ti en las pruebas, en medio de las tentaciones, cuando mi confianza se desvía hacia los seres humanos, cuando me halle en abundancia y para ser más como tú y menos como yo, permitiendo que formes tu imagen en mí por medio de tu Espíritu Santo, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, ¡no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:22-31

3. Reflexiona
Muchas cosas nos distraen en esta tierra y nos llevan a perder el enfoque, a dejar de mirar a Jesús, quien es nuestra única ancla firme en el mar tormentoso de este mundo. Siempre debemos mirar a Dios y más aún cuando atravesamos dificultades en nuestra vida.
Hay cinco aspectos por los cuales debemos siempre poner la mirada en el Señor.1) En medio de las tormentas de la vida. Las pruebas son parte de la vida cristiana, el Señor Jesús lo dijo claramente en Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Poner los ojos en las situaciones difíciles, en la enfermedad, en los problemas matrimoniales, o en las dificultades con nuestros hijos, o en el trabajo, en el estudio, etc. no nos dejan enfocarnos en la grandeza del Señor, en su poder y soberanía, y terminamos desanimados porque no vemos soluciones.
El Dios de los cielos nos invita a colocar la mirada en Él, entonces veremos las cosas desde arriba, esto cambia nuestra perspectiva, porque nuestros problemas se vuelven pequeños ante el poder del Señor. En este pasaje podemos ver que cuando Pedro tenía los ojos puestos en Jesús, pudo caminar sobre el agua. Se trata de mirar a Jesús en medio del mar de dificultades para no hundirnos en ellas. Pero cuando quitamos la mirada de Él, vemos las circunstancias que nos rodean y podemos flaquear en nuestra fe.
En medio de la crisis que vive el mundo, miremos al cielo y clamemos para ver la gloria de Dios. Cuando quitamos la mirada de Jesús, nos llenamos de miedo al futuro, miedo a la muerte, miedo a todo el mal que enfrentamos en esta tierra. Es allí donde Jesús puede decirnos: “hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.
2)Puestos los ojos en Jesús en medio de las tentaciones. En Getsemaní que significa “prensa de aceite”, el Señor les dice a sus discípulos en Mateo 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Cuando nos sintamos tentados pongamos nuestros ojos en Jesús.
3)Cuando miramos a Jesús y no a los hombres no tendremos tropiezo Mateo 18: 6-7 nos dice: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” Nuestra confianza debe ser en el Señor y no en los hombres, Jeremías 7:7.
4)Puestos los ojos en Jesús en medio de la abundancia. Muchos se desvían cuando prosperan y son bendecidos, es cuando más necesitamos colocar nuestra mirada en Jesús. 1 Juan 2:15-16 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. Nuestros ojos deben estar puestos en las cosas celestiales, Colosenses 3:2.
5)Mirar a Jesús para ser más como Él y menos como nosotros. 2 Corintios 3:18 nos dice: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. La meta es nada menos que la semejanza con Cristo. La vida cristiana tiene un destino, y estaría bien que al final de cada día nos preguntáramos: “¿Cuánto he avanzado?”.
El año 2026, es el año de enfocarnos en Jesús quién debe ser el centro de nuestra vida, nuestra ancla para no dejarnos llevar por cualquier tormenta y bullicio de este mundo.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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