Falsa tregua para la batalla. Parte 2
2025-10-30

1. Oración inicial
«Padre, pon en el corazón de Tu Iglesia un mismo sentir, no permitas que nos dejemos dispersar ni amedrentar por las mentiras y ataques del enemigo, pues si caemos en sus artimañas terminaremos cediéndole un territorio que no le pertenece. Espíritu Santo de Dios, llévanos a recordar y apropiarnos de las promesas de Jesús, esas promesas que nos dicen que nunca estaremos solos, que no temamos ni nos dejemos amedrentar, porque Grande y Poderoso es el que está en nosotros y con nosotros. Amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.” 1 Samuel 11:1-2

3. Reflexiona
Es claro que nuestra batalla contra el enemigo no se acabará si hacemos una “tregua” con él, si le cedemos territorio, o si dejamos de ir a la Iglesia o de estar activos en el servicio, pues esa “tregua” tan sólo será el principio de lo que nos pedirá y poco a poco quitará, si así se lo permitimos.
¿Qué es lo que debemos hacer entonces? Necesitamos ser sacudidos por el Espíritu Santo de Dios, pararnos firmes, resistir y defendernos de esas mentiras y artimañas del enemigo, tal como lo hizo Saúl: “Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.” (1 Samuel 11:6-7) y es que eso sucede cuando somos sensibles y obedientes a la voz del Espíritu, nos unimos en un mismo sentir para batallar juntos y pelear contra el enemigo en el Nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel (1 Samuel 11:7b-8). Cuando nos unimos en el Nombre de Jesucristo logramos dispersar al enemigo, lo dividimos y acabamos, de tal manera que no quedan dos de ellos juntos (1 Samuel 11:11b).
Hermanos, afuera hay otros creyentes que están a punto de caer en las estrategias del enemigo, y están tan cegados, cansados y amedrentados por todo lo que sus ojos físicos perciben, que han olvidado lo más importante, lo espiritual. Tú y yo debemos hacer algo al respecto, no basta sólo con dar palabras de aliento, con orar, debemos intervenir y actuar. Para saber cómo proceder necesitamos la guía del Santo Espíritu de Dios, pues sólo Él nos podrá revelar de qué manera nuestro hermano, que está a punto de caer, puede dar su brazo a torcer y encaminarse nuevamente en el Camino correcto, el único que nos guía hacia el Señor.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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