Enfrentando los temores
2017-09-22

1. Oración inicial
Amado Dios, Amado Hijo, Amado Espíritu Santo, me entrego a ti para que obres en mí y hagas conmigo tu santísima voluntad, líbrame Señor de todos mis temores y preocupaciones y permíteme ser irreprensible y aprobado por ti, en nombre de Cristo Jesús Amén.

2. Lee la palabra de Dios
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios”, Hechos 18:9-11

3. Reflexiona
Encontramos al apóstol Pablo con un temor repentino. Aunque el éxito era notorio en Corinto, Pablo estaba pasando por un tiempo de temor.
Cuesta imaginar al apóstol Pablo sintiendo miedo al fracaso, al rechazo, a ser juzgado y hasta la pérdida de su propia vida. Pero es en esos estados emocionales del alma cuando el Señor viene a nuestro encuentro para dejar a un lado el temor, pues desde nuestra infancia hemos experimentado ciertos miedos que han influido en nuestra personalidad.
Pero frente a eso que nos paraliza, el Señor se acerca con su orden divina y nos dice: “No temas”. Muchos han escuchado esta orden. Cuando José estaba en la incertidumbre en recibir a María por encontrarse embarazada, sabiendo que aquel hijo no era suyo, el Ángel del Señor le dijo: “No temas recibir a tu mujer…” (Mt. 1:20). Cuando los discípulos fueron sorprendidos en el lago de Genesaret por una tormenta, el Señor les dijo: “No temas” (M. 8:26). Cuando Jairo se enteró de la muerte de su hija, el Señor inmediatamente le dijo: “No temas” (Mr. 5:36).
Por tanto, “No temas “cuando veas que ya los años van pasado y tu salud se torna frágil. Recuerda de quien vienen tus fuerzas. “No temas “cuando al llegar la noche y te sientas solo, recuerda que el Señor llena todo tu ser. “No temas “cuando las finanzas no te alcancen, recuerda al que te ha dicho: “Mi Dios, pues, suplirá lo que os haga falta”. “No temas “cuando tus hijos se marchen. Recuerda que ellos son herencia de Jehová y el los sostendrá.
Es cierto que en la vida la compañía de un ser amado es importante, pero nada es comparable con la dulce presencia del Señor. Los temores no podrán ser parte de la vida si tenemos al que nos ha dicho: “yo estoy contigo”.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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