El mover soberano de Dios
2025-05-21

1. Oración inicial
«Amado Señor, sé que el dolor anuncia un nacimiento, lo que parece destrucción es el anuncio de un mover soberano tuyo. Señor ayúdame a madurar a la luz de tu Palabra para comprender que todo lo que está sucediendo a mi alrededor es porque tu gloria se está levantando, pero no la percibiré si me enfoco en la comodidad de mi día a día y no en clamar y buscar tu rostro, porque las señales invisibles de tu poder solo las revelas a los que buscan tu Presencia. En Cristo Jesús, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor”. Hebreos 12:27-29
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3

3. Reflexiona
Cuando vemos cambios sociales, desórdenes climáticos, crisis, guerras, transformaciones culturales y políticas, decimos que todas estas cosas son por causas humanas, pero no nos detenemos a pensar que también hay causas divinas, porque a veces Dios permite el caos y el desorden, con el propósito de sacudir lo que es terrenal. El problema no es que el mundo cambie, el problema es que como iglesia no percibamos que todos estos cambios también nos incluyen. En Mateo 24:6 Jesús añadió una advertencia fundamental: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”. Aquí el Señor nos dice: “no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca”.
Estas palabras contienen más que una simple advertencia profética, es una instrucción a no temer, pero tampoco ignorar, a no entrar en pánico, pero tampoco a permanecer indiferentes, todo lo que ocurre tiene una raíz espiritual. Nada se mueve en la tierra sin haber sido permitido en los cielos. Esto habla de la soberanía de Dios que mueve los hilos de la historia humana.
En estos momentos muchos cristianos no están notando que hay un debilitamiento de la sensibilidad espiritual, no se trata sólo de pecado sino de frialdad. Mateo 24:12 dice “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.
En Apocalipsis 3:17 dice: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. La iglesia de Laodicea representa la iglesia de los últimos días, caracterizada por la apostasía, una iglesia que es rica, pero está ciega y desnuda. Una iglesia que se ha vuelto complaciente y que necesita urgentemente la gracia que regenera, las vestimentas de la justicia de Cristo y el Espíritu que ilumina los ojos del corazón. Esta es una imagen de una fe desconectada de la realidad espiritual.
La frialdad espiritual de muchos no es otra cosa que el síntoma de haber dejado de mirar con los ojos del Espíritu. El mundo está mostrando síntomas de deterioro que lo llevará al juicio divino, pero también síntomas de transición a una nueva etapa espiritual, con el regreso del Señor Jesucristo.
Quizás como le pasó a Elías, muchos buscan a Dios en los grandes ruidos, pero no se dan cuenta que Él ya está hablando en el susurro de los acontecimientos. (1 Reyes 19:11-12) Todo ese mover de Dios lo podremos captar solo los que estemos conectados con su Espíritu.
Hoy vemos que la cultura se acelera, las leyes cambian, el mal se normaliza, la moralidad se diluye, pero en medio de todo esto hay mensajes que solo se comprenden a la luz de la Palabra. No hay que esperar un evento sobrenatural para saber que Dios está hablando; solo hace falta mirar desde el Espíritu de Dios, conectados con Él, lo que el mundo intenta maquillar: el dolor generalizado, la ansiedad colectiva, los colapsos emocionales, los conflictos incontrolables que no son solo efectos sociales, son síntomas espirituales, Romanos 8:22-23 dice “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.
Pidamos al Señor tener los sentidos ejercitados para que discernamos estos tiempos porque no basta con conocer la Palabra, sino saber cuándo se está cumpliendo delante de nuestros ojos. (Hebreos 5:14) Pidamos a Dios oír el susurro de su voz en medio de tanto ruido.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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