El fruto del Espíritu refleja el carácter de Cristo

«Espíritu Santo, que tu fruto se produzca abundantemente en mí, que el carácter de Cristo se refleje en cada palabra y cada acto que llegue a expresar y a realizar, que el mundo vea tu verdad en mí, y muchos entreguen su vida a ti. Amen»

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

Cuando vemos la vida de Jesús registrada en los evangelios, logramos apreciar gracias a la revelación del Espíritu Santo, esas cualidades que enaltecen su carácter y que nos lleva a desear vivir de la misma manera como Cristo lo hacía: lleno de amor, de gozo, de paz; pues ¿quién no desea esto en su vida?
Además gracias a los evangelios podemos valorar ese trato que tenía el Señor con sus semejantes, ya que siempre lo vemos actuar con paciencia, benignidad y bondad, cualidades que muchos necesitamos y que en realidad mejorarían de manera significativa nuestras relaciones interpersonales.
También sin lugar a dudas gracias a los testimonios y relatos de los evangelistas, alcanzamos a comprender la fe, la mansedumbre y el dominio propio en todo el actuar de Jesús, virtudes que, desarrolladas en nuestras vidas, nos permitirían afrontar las situaciones del diario vivir desde una óptica diferente, sin necesidad de tanto estrés, ansiedad o depresión.
La buena noticia es que cada característica del fruto del Espíritu que encontramos en Gálatas 5:22-23 es un reflejo de una cualidad del carácter de Cristo y están al alcance de todo creyente por medio de la comunión del Espíritu Santo. Así que si queremos ver ese carácter de Cristo en nosotros, debemos buscar el fruto del Espíritu, y la clave para dar fruto, nos la dijo Jesús en Juan 15:5 cuando nos invita a permanecer en Él.
Por lo tanto hermanos, pidamos a Dios que por medio de la comunión del Espíritu Santo, a través de la oración, la lectura de la Biblia, la congregación, el testimonio y la obediencia, se de en nuestras vidas su fruto, el cual es el reflejo del carácter de Cristo, para que de este modo podamos experimentar la nueva vida que Cristo nos dio y podamos de manera efectiva ganar a muchos para Cristo.