El Espíritu Santo siente. Parte 1
2016-01-10
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1. Oración inicial
Amado Dios, gracias te doy por haberme sellado con tu Santo Espíritu, por lo cual quiero doblegar mi naturaleza de pecado, caminar en el temor del Señor y no contristar al Santo Espíritu. Gracias porque tú eres mi fortaleza. Amen.
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2. Lee la palabra de Dios
“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios”
“Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
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3. Reflexiona
El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad, como cristianos no necesitamos pruebas ante esta verdad; El Espíritu Santo como persona está formado de sentimientos, mente y voluntad; nuestra dificultad en ocasiones para comprender esta verdad es que estamos acostumbrados a que las personas tienen cuerpo; el Espíritu Santo no; pero sabemos que la personalidad no la compone el cuerpo sino el hombre interior. Los elementos que constituyen la personalidad son tres: a) EL INTELECTO, o sea la capacidad de pensar. b) LA SENSIBILIDAD, o sea, la capacidad de sentir. c) LA VOLICIÓN, o sea, la capacidad de ejercer la voluntad.
Los Sentimientos son la manifestación de nuestra sensibilidad, con ellos amamos u odiamos. El apóstol Pablo habla del amor del Espíritu. El Espíritu de amor. Sin sentimientos el consuelo no es posible. Los primeros creyentes podían andar “fortalecidas por el Espíritu Santo” gracias a ese perfecto amor.
La tristeza también es un sentimiento del Espíritu. Donde no hay amor no hay pena. El Espíritu Santo puede ser contristado o apenado. Podemos “contristar” al Espíritu al vivir como paganos (Ef. 4:17-19), al no oponer resistencia a nuestra naturaleza de pecado (Ef.4:22-24), al mentir (Ef.4:25), al airarnos (Ef.4:26-27), al robar (Ef.4:28), al maldecir (Ef.4:29), al amargarnos (Ef.4:31), al no perdonar (Ef.4:32), al cometer inmoralidad sexual (Ef.5:3-5). “Contristar” al Espíritu es actuar de manera pecaminosa, ya sea de pensamiento y hechos, o solamente de pensamiento.
Así como a nosotros no nos gusta ser contristados, y así como tampoco buscamos reprimir lo que es bueno, así también no debemos contristar o apagar al Espíritu Santo al rehusar escuchar su guía.
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4. Alaba a Dios
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5. Comparte
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