El carácter del Hijo en el creyente
2025-11-17

1. Oración inicial
«Señor Jesús desarrolla tu carácter en mi vida, quiero ser coherente, que mi fe se vea reflejada en mi manera de vivir, que tu amor se manifieste en mi manera de hablar pero también en mi actuar, que cuando me vean, en realidad te vean a ti. Amen.»

2. Lee la palabra de Dios
«Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.» Juan 15:13
“Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Juan 15:15
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” 1 Juan 3:16

3. Reflexiona
En la vida de Jesús, podemos ver muchas característica que resaltan: entre ellas está su coherencia, coherencia que nos permite apreciar precisamente el carácter de Jesús como Hijo, pues Jesús hablaba lo que escuchaba del Padre y hacia lo que veía del Padre, y esa coherencia es la misma que el Espíritu Santo quiere desarrollar en nuestras vidas, enseñándonos todas las cosas y recordándonos las palabras de Jesús, para que podamos reflejarlo, pues es necesario que lo que predicamos sea coherente con lo que practicamos, es necesario que haya coherencia entre nuestra creencia y nuestra vivencia, que lo que digamos sea congruente con lo que realizamos.
El hablar y el actuar de Jesús mostraban coherencia, lo cual nos manifiesta su carácter, por ejemplo Él les dijo a sus discípulos que nadie tenía un mayor amor que el poner su vida por sus amigos (Juan 15:13), y también les dejó claro que Él los consideraba sus amigos (Juan 15:15), para al final demostrarles con hechos, lo que decía con sus palabras, pues su amor por ellos fue demostrado en la cruz (1 Juan 3:16); y no solo por ellos, que eran sus amigos, sino también por sus enemigos, pues gracias a la obra en la cruz, toda la humanidad, que por causa del pecado se constituía enemiga de Dios, tuvo la oportunidad (para quienes creen en Jesús) que fuera reconciliada con Dios (Romanos 5:8-10).
Por eso en esa coherencia que caracteriza a Jesús, nos pide hacer lo mismo que él hizo: amar también a los enemigos. Por lo tanto, dejemos vivir a Cristo en nosotros, para también tener coherencia, y así cuando predicamos amar al prójimo podamos amar tanto a los amigos, como también a los que no lo son. Hermanos, los creyentes somos cartas abiertas, por medio de las cuales las personas pueden ver a Cristo, de ahí la importancia que al igual que Jesús nuestras vidas expresen coherencia, para decir y hacer lo que Cristo nos ha enseñado por medio de su Espíritu manifestando el carácter del Hijo en nuestras vidas.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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