Dios te tiene en la mira
2016-02-06

1. Oración inicial
Padre amado, gracias por escogerme antes de la fundación del mundo, por mirarme aunque estaba perdido en el pecado y ocupado en las cosas del mundo, gracias por llamarme de las tinieblas a tu luz admirable, por darme la oportunidad de ser una nueva persona. Amén.

2. Lee la palabra de Dios
«En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles».
«Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»

3. Reflexiona
Jesús oro para escoger a sus discípulos y los observó antes de llamarlos. Así mismo, nos escogió a nosotros, como dice Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”. Él nos escogió para cambiar toda la perspectiva de nuestra vida, para cambiarlo todo completamente, transformándonos en nuevas criaturas. El mira nuestros corazones y sabe que no somos perfectos, sabe que somos pecadores, sabe que estamos demasiados ocupados con nuestras cosas, pero ya nos tiene en la mira.
¿Cuándo fue la primera vez que Jesús vio a Saulo? Con certeza no lo sabemos, quizás lo vio en una sinagoga cuando enseñaba la Ley a otros, pero lo que sí sabemos es que lo vio cuando estaban apedreando a Esteban, cuando consentía su muerte, cuando perseguía la iglesia, cuando lo estaba persiguiendo a Él. El miro que Saulo, era pretencioso, fariseo, maestro de la Ley, con un ego grandísimo, pero aunque no le gustó lo que vio de él, Jesús se dijo a sí mismo: “Puedo trabajar con esto también”. Su transformación fue tal que hasta cambio su nombre por el de Pablo.
La Palabra dice que de los más menospreciado y vil del mundo ha escogido a los suyos, para renovarlos y usarlos para su gloria. Tú y yo no somos perfectos, quizás como Pablo, nuestra vida no era la mejor, éramos pecadores, inmorales, con intenciones y pensamientos malos, con vidas muy ocupadas en las cosas del mundo. Pero nos observó y nos llamó. Jesús hoy nos puede decir “cargue mi cruz por causa tuya, ahora te quiero para mí, para hacerte una nueva persona”. ¿Será que escucharás su llamado?

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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