De gracia recibimos, demos de gracia
2025-10-08

1. Oración inicial
«Padre, perdóname si no he sido el testimonio que debería ser para aquellos que aún no te conocen. Espíritu Santo, ayúdame a reflejar a Cristo en cada aspecto de mi vida y a dar a otros de gracia lo que por la gracia de Jesucristo he recibido. Amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.” Mateo 18:23-28

3. Reflexiona
Este pasaje principal nos muestra la incoherencia espiritual que muchos de los creyentes vivimos hoy en día, pues aun cuando hemos recibido y conocido la misericordia del Señor, no tratamos a otros conforme a ella sino que queremos que sobre ellos caiga toda la justicia de Dios (Mateo 18:29-30). Bien lo dijo el Señor en el versículo 26, suplicamos que tengan misericordia de nosotros, de nuestros seres amados, pero también suplicamos y exigimos al Señor que recaiga toda la justicia Divina sobre aquellos que nos lastiman, que nos desprecian, que según nosotros “no se lo merecen”, como lo vemos expresado en Juan y Jacobo en el evangelio de Lucas 9:54b, quienes al ir a Samaria a preparar lugar para Jesús y ver que no le recibieron sino que le rechazaron, le manifestaron: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?”
El conocer de Dios, Su amor inagotable y Su súper abundante gracia, debería llevarnos a expresar a otros la misericordia, amor y gracia de Dios que hemos recibido, pero lastimosamente nos hemos dejado cegar por el orgullo y creemos que tenemos la capacidad y autoridad de elegir quiénes merecen algo de parte del Señor y quiénes no.
Reflexionemos, ¿será que muchos de los no creyentes hoy en día no se acercan a Dios por causa de nosotros, por nuestra falta de amor, de perdón, de misericordia? como bien lo dijo Jesús a los fariseos de su tiempo, tú y yo con nuestro comportamiento y falta de amor quizás estamos atando cargas pesadas y difíciles de llevar a otros, y no entramos nosotros ni dejamos entrar a otros al reino de los cielos (Mateo 23:4,13)
Hermanos, es tiempo de recordar lo que el Señor ha hecho en nosotros y de darle a todos, sin importar quienes sean, lo mismo que el Señor nos ha dado, pues como el Señor lo manifestó en Lucas 9:56a “porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.”, tú y yo tenemos el mismo encargo de llevar a otros a que conozcan que sólo en Cristo hay salvación, así que basta ya de elegir a quién se merece o no el amor, perdón, misericordia y gracia del Señor, pues nuestra misión es llevar todo ésto al mundo en general.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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