Autoridad para el ministerio del reino
2025-12-19

1. Oración inicial
«Padre que tu reino venga aquí y ahora, que la oración y la predicación del evangelio me ayude a desempeñar mi función como representante del reino de los cielos en esta tierra. Que traigas sanidad y libertad de las tinieblas a aquellas personas que lo necesitan por la autoridad que has delegado sobre mi vida. Sé que solo tu poder por medio de tu Santo Espíritu puede cambiar las cosas y traer el gobierno del cielo a esta tierra, en el Nombre de Jesús, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes”. Lucas 9:1-6

3. Reflexiona
En este pasaje vemos cómo Jesús da autoridad a sus discípulos para utilizar el poder que les ha transferido. Es el poder de Jesús el Rey, quien extiende la bondad del reino de Dios sobre las obras de las tinieblas y las dolencias humanas. Él empezó demostrándoles cómo hacerlo, para que después cada uno de sus discípulos siguieran ejerciéndolo como Él lo dispuso. Pero el Señor ordenaría el mismo tipo de ministerio a la iglesia, al propagar el mensaje del evangelio como nos dice Hechos 8:4-8 “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad”.
También ahora, podemos esperar victoria sobre los poderes de las tinieblas y sus operaciones, porque hemos sido investidos de poder por medio del Espíritu Santo, como dice Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”.
Nosotros somos los representantes del reino de los cielos hasta que Jesús regrese. Se nos ha prometido la complacencia del Padre de darnos el reino, esto es, de suministrarnos su paz y su poder como dice Lucas 12:32: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”.
Debemos aplicar esa autoridad con la oración, la predicación y la enseñanza, haciendo discípulos como el Señor nos enseñó. Él nos ha dado la autoridad para sanar y liberar, en la medida en que estemos dispuestos a ejercer el privilegio de ser los mensajeros y los participantes del reino de Dios en esta tierra. El Espíritu Santo se deleita al confirmar la presencia del reino glorificando el poder del Rey, realizando la obra de Cristo a través de su iglesia.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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