Alma mía no calles Él resucitó
2024-05-16
1. Oración inicial
«Padre, ya no quiero vivir más en ansiedad y desesperanza, quiero experimentar día tras día lo que es estar aferrado a ti, quien eres mi esperanza fiel y verdadera, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” 1 Corintios 15:14
3. Reflexiona
El día de ayer hablamos sobre la importancia de despojarnos de toda desesperanza y ansiedad, echándola sobre el Señor, para poder experimentar en nuestras vidas esa paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, que es la única que puede darnos descanso a nuestra alma. Para poder vivenciarla necesitamos de la fe, y hoy queremos resaltar esto, pues la palabra de Dios dice que sin fe es imposible agradarle (Hebreos 11:6); a la fe que hacemos mención es a esa fe verdadera, que está cimentada en una persona, Jesucristo, pero también en su resurrección, pues como dice 1 Corintios 15:14 “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.”, nosotros somos aquellos que hemos creído en esta verdad: que Jesús no solo murió, sino que también se levantó de los muertos al tercer día como lo confirman las Escrituras y nos lo revela el Espíritu Santo de la promesa (Lucas 24:1-7).
Cuando aprendemos a tener esa fe correcta que es: “la certeza y la convicción en que Jesús, el autor y consumador de la fe, cumplirá lo que ha prometido en Su palabra.” se nos revelan grandes verdades que nos permiten descansar en el Señor: sus atributos, Su poder, Su bondad, Su fidelidad, Su amor, entonces nuestra alma se goza, nuestros labios declaran su palabra, nos llenamos de alegría, vuelve nuestro semblante, nuestro corazón se alienta, vuelve el ánimo de comer, y mejoran nuestras relaciones interpersonales, como vimos en devocionales anteriores que le sucedió a Ana (ver reflexión titulada: “El pozo de la desesperación”), quien pasó de vivir en desesperanza a poner nuevamente su esperanza en quien debería de estar puesta, el Señor (1 Samuel 2:1-11).
Hermanos, quizás te has sentido identificado hasta este momento con toda la problemática de lo que significa vivir en desesperanza y ansiedad, pero el día de hoy te quiero invitar a que te des la oportunidad de aprender a vivir en lo que Dios quiere para tu vida, una vida llena de esperanza.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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