Milagro de Jesús que muestra la visión del corazón del Padre
2025-12-15

1. Oración inicial
«Gracias mi Jesús, por tomar la iniciativa de acercarte a mí, por tocar la puerta de mi corazón para que te dejara entrar, por escogerme para ser un instrumento en tus manos, por llamarme a pescar almas para tu reino. Quiero obedecer tu Palabra para que obres a través de mi vida y llevar a cabo tu propósito cumpliendo así con la visión del corazón del Padre, que es la redención de este mundo, amén. «

2. Lee la palabra de Dios
“Aconteció que, estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. Lucas 5:1-11

3. Reflexiona
Este pasaje nos muestra el llamamiento de los primeros discípulos de Jesús. El Señor vio dos barcas que estaban en la orilla y se acercó a los pescadores que estaban ocupados lavando las redes. A pesar de haber muchos en ese lugar, se interesó especialmente por Simón y le rogó que apartara un poco su barca para entrar en ella. Jesús es quien toma la iniciativa de acercarse a nosotros; eso indica que Jesús nos mira particularmente a cada uno y nos busca aun cuando estemos ocupados. No nos busca por nuestra preparación o habilidades humanas, pero sí nos busca aún cuando no hayamos logrado nada y nos sintamos frustrados a pesar de nuestro esfuerzo».
Él toca primero a la puerta de nuestra vida para luego entrar, Apocalipsis 3:20. Conquista en primer lugar nuestro corazón y luego nos desafía a grandes cosas. Como pasó aquí con Simón, primero le hizo correr la barca un poco, indicando esto que quería que apartase su vida para Él. Jesús tenía toda la autoridad para tomar la barca, pero aun así le pidió prestada la barca a Simón. El Señor independientemente del precio que pagó por nosotros en la cruz, quiere utilizarnos como instrumentos, pero nunca lo hará contra nuestra voluntad. Él ruega que apartemos nuestra vida de la orilla, que quizás representa la lógica, el razonamiento, la mediocridad, el conformismo, las cargas y demás, que nos impiden ser usados para su gloria, porque Él quiere a través de nuestra vida enseñarles a otros.
Lo más importante no es que apartemos solo nuestra barca (vida), sino que lo dejemos entrar en ella para sentarse en el trono y gobernarnos, esto implica entrega total. El Señor, como a Simón Pedro, nos desafía a bogar mar adentro, esto es profundizar en nuestra comunión y conocimiento de Él; y empezar a obedecer su llamado. “Echad las redes” es lanzarnos a hacer lo que parece ilógico, pero que trae grandes resultados.
El mar aquí representa al mundo, nuestro campo de acción, donde nos ha colocado para que tiremos la red del evangelio, y podamos ser “pescadores de hombres”. Nos pide ir contra la corriente de este mundo, contra el: “no se puede”, “no es posible”, “no se hacerlo”, etc., y aun contra el desánimo, el cansancio o cualquier circunstancia que quiere estorbar nuestro propósito de ganar almas para su reino. Jesús quiere que reconozcamos nuestra fragilidad y la necesidad de depender totalmente de su amor y su gracia para ganar este mundo para Él. La pesca milagrosa representa la cantidad de personas que podemos ganar.
Si hemos de ser usados por el Espíritu Santo, debemos entender que la marca de la obediencia consiste en navegar aún contra la lógica, con las redes del Señor: con su amor, su gracia, su Verdad y en su Nombre poderoso. Respondiendo como Simón: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red”.
Recordemos que Dios hace el milagro cuando decidimos bogar en la profundidad de su Presencia, cuando en su Nombre actuamos. ¿Estaremos dispuestos a dejarlo todo y seguirlo como lo hicieron los primeros discípulos?

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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