Destruyan este templo
2025-08-18

1. Oración inicial
«Padre, ¡qué profundidad de los misterios que nos revelas en Cristo Jesús!, en su vida está escondida nuestra vida y lo que conozcamos de él nos define, nos transforma y nos da su propósito. Gloria a tu nombre Padre eterno, a tu Hijo Jesucristo, en la comunión de tu Espíritu Santo.»

2. Lee la palabra de Dios
“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.”, Juan 2:19-22

3. Reflexiona
‘Destruyan este templo y lo levantaré de nuevo en tres días’
Jesús no solo estaba hablando de un edificio. Él hablaba del templo de su cuerpo como dice la escritura, pero también estaba hablando a todos. A los fariseos de entonces, y a nosotros ahora.
Los Judios estaban aferrados a su tradición, que giraba en torno al templo de Jerusalén; no entendieron lo que Jesús les decía, les pareció escandaloso e inaceptable la declaración de Jesús. Pero de muchas maneras, con alegorías, les anunciaba un suceso espiritual y trascendental: su muerte en la cruz por nuestros pecados. Su templo sería destruido, pero reconstruido a los tres días, pero no sería un templo cualquiera: El templo glorificado. (1 Corintios 15:51-53, Filipenses 3:20-21)
Él les quería enseñar que toda su tradición, anunciaba el cumplimiento de lo que él es y de lo que él iba a hacer.
Pero igual que los Judios, aferrados a su templo terrenal y sus costumbres, todos tenemos “templos” terrenales a los que nos aferramos: poder, dinero, reputación, ego, ilusiones de control. Los construimos ladrillo a ladrillo, convencidos de que nos protegen. Pero en realidad, nos alejan de la verdad.
Jesús se presentó como la verdad.
Jesús se paró en su mercado de codicia y orgullo y les dio una oportunidad: ‘Déjenlo ir. Destrúyanlo. Mueran a lo que creen que son, y en tres días les mostraré lo que realmente es la vida verdadera’. (Paráfrasis)
Pero ellos, desafortunadamente, no pudieron hacerlo. Temían dejar ir lo que creían que los definía. Eligieron las cadenas sobre la libertad. Su templo de rocas.
El velo se rasgó de todos modos. El templo cayó de todos modos. Y la oferta sigue vigente incluso ahora: – Destruyan los templos terrenales a los que se aferran. – Dejen morir al falso yo y en el tiempo de Dios, verán cómo es la vida real, la vida eterna.
A lo que te aferras es lo único que impide o que Jesús entre en tu corazón, o que la expresión de la vida de Jesús se manifieste a través de ti plenamente. Y Jesús sigue ahí, esperando.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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