Esforzarnos en la gracia. Parte 1
2025-08-15

1. Oración inicial
«Padre, en Cristo está mi vida verdadera, y anhelo conocerte mas, permanecer en ti para llevar mucho fruto y esforzarme en el regalo inmerecido que me has dado, crucificando cada dia mi carnalidad, más de Cristo menos de mi, para gloria de tu nombre, amén»

2. Lee la palabra de Dios
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.”, 2 Timoteo 2:1
“para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” Gálatas 3:14

3. Reflexiona
Habíamos reflexionado en que nuestro crecimiento espiritual es una necesidad fundamental del creyente, porque es una relación vital en la nueva vida que recibimos de Cristo y necesitamos, por tanto, conocer, permanecer y esforzarnos en la gracia.
Esforzarnos en la gracia, significa “más de Cristo, menos de mi”, al haber una naturaleza espiritual conviviendo con la naturaleza heredada de Adán, que se contraponen o son contrarias, estoy llamado a crucificar la carne, a alimentar el espíritu, para que la naturaleza que impere sea la nueva, sabiendo que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; (Filipenses 1:6)
Lo contrario de esforzarnos en la gracia, es mantenernos en la ley.
Una forma de entender este concepto de aquellos que se mantienen en la ley, es a través de las ilustraciones o tipologías que nos enseña el antiguo testamento, que señalaban a Cristo. Por ejemplo, el hijo de la libre y el hijo de la esclava. El hijo de la libre, representa a Sara que tuvo un hijo, producto de una promesa de Dios, pero el hijo de la esclava, se relaciona con Agar que tuvo un hijo producto de una decisión de Abraham (Génesis 16:1-5). El hecho fundamental de esta alegoría, es lo que dice Gálatas 4:23: “Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa”.
Nosotros, los creyentes, somos hijos al igual que Isaac, fruto de una promesa de Dios; que era que en la fe de Cristo, seríamos puestos o unidos en su Hijo amado, insertados en la vid verdadera, para que la promesa hecha a Abraham y todas las bendiciones nos alcanzaran: “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” (Gálatas 3:14)
¡Qué maravillosa noticia! Mañana continuaremos reflexionando acerca de mantenernos en la gracia y no en la ley.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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