Permanecer
2025-08-13

1. Oración inicial
«Padre, me separo de ti andando en mi mismo, pero ahora puedo andar en el Espíritu para que Cristo sea expresado en mí, quiero negarme a mi propio yo, para experimentar en todo tiempo el tesoro que me has otorgado por medio de la fe; que seas glorificado Padre amado cuando llevo mucho fruto permaneciendo en Cristo. Amén»

2. Lee la palabra de Dios
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”, Juan 15:4-5
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”, Juan 15:7-8

3. Reflexiona
A menudo se piensa que la clave para un buen vino reside en las uvas, pero la verdad es que la calidad comienza mucho antes, en la propia planta de la vid. También es clave el trabajo que hace el viñador, además de otros factores.
Pero el elemento esencial, es que el pámpano no da fruto por sí mismo (el pámpano son los nuevos brotes verdes que cada temporada surgen en los sarmientos y acogen nuevas hojas, además de los frutos.). El pámpano se nutre de la vid, es decir, depende totalmente del resto de la planta para sobrevivir, crecer y dar fruto.
Así mismo, nosotros, como el pámpano, solo permaneciendo “en” Cristo, llevamos fruto. Porque el fruto realmente no es de nosotros, es el que produce su vida increada actuando en nosotros. Es su paz, amor, gozo y todo el fruto expresado en nuestras vidas. (Gálatas 5:22-23).
La pregunta clave en la que tenemos que reflexionar es ¿cuando no permanecemos en Cristo? La respuesta la trae el contexto de Gálatas 5:16-17, y es cuando andamos en la carne.
Como creyentes aun tenemos una naturaleza carnal, esto es, mente y cuerpo heredada de Adán, pero ahora, cuando recibimos a Cristo, tenemos esta nueva naturaleza espiritual, a la cual se opone nuestra carne. Entonces nuestra misión como cristianos es permanecer en la nueva naturaleza otorgada, no dando lugar a la antigua naturaleza, como lo dice Gálatas 5:16.
Esto en la práctica, implica negarnos a nosotros mismos, a nuestros propios deseos, pensamientos y voluntad, para que la nueva naturaleza se exprese libremente. Por esto el capitulo de Gálatas 5:1 inicia con: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.
Se trata entonces, de que la verdadera libertad está en estar unidos a Cristo y permanecer en él. Esto trae a nosotros el ser sustentados, crecer y dar fruto.
Ser sustentados, pues él nos provee, sana y protege.
Crecer, pues él es el que nos alimenta con su Palabra, nos edifica para conocerle más.
Y finalmente, dar fruto, mostrando a Cristo mismo en nosotros, para que el Padre sea glorificado en el Hijo y nosotros en él. (Juan 14:13)

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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