Preparados espiritualmente
2025-05-20

1. Oración inicial
«Amado Señor, quiero estar preparado para tu segunda venida. Que cuando te manifiestes con poder y gloria, no me aleje de ti avergonzado sino que pueda verte cara a cara. Sé que el pecado enfría mi amor por ti y por los demás, ayúdame a llevar una vida santa y en comunión contigo, que esté lleno de tu Santo Espíritu, para discernir las señales y entender cuánto necesito hablar de tu amor en estos tiempos. En el glorioso nombre de Jesús, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. Mateo 24:3-8

3. Reflexiona
Los discípulos preguntaron a Jesús por las señales de su venida y por el fin de los tiempos. Jesús primero respondió: «Mirad que nadie os engañe». El hecho es que siempre que miramos a las señales nos volvemos susceptibles a ser engañados. En estos tiempos se han levantado muchos falsos profetas que hablan de falsas señales de espiritualidad, poder y autoridad, la verdad es que debemos poner la mirada en Jesús y en sus palabras para no caer en el engaño. (Mateo 24:11,24)
En sus enseñanzas reservadas a los discípulos en el Monte de los Olivos, Jesús respondió en torno a tres preguntas básicas: 1) la destrucción del templo, 2) su Segunda Venida, y 3) el fin. Jesús evoca los trágicos acontecimientos que rodearían la destrucción de Jerusalén, para describir las condiciones que precederían su propio regreso y esta profecía ya se cumplió en el año 70 d.C. El Señor nos advierte contra engaños de índole religioso, levantamientos sociales y políticos, que cada vez son más frecuentes, calamidades naturales que suceden todos los días en distintas partes del planeta, deslealtades y persecución a los cristianos en algunos lugares, todas estas cosas anuncian que estamos en los finales tiempos.
Pero dice el Señor que todo esto será principio de dolores haciendo alusión a los “dolores de parto”, que marcará la transición de esta era con la por venir.
Este es un mensaje de preparación para los últimos tiempos, el problema es que muchos estamos tan distraídos por el ruido del mundo que no escuchamos, estamos tan ocupados con lo inmediato que nos hemos olvidado de lo eterno. No permitamos que el Señor nos sorprenda con su venida y nos halle dormidos espiritualmente. Volvámonos más sensibles a su voz, más atentos a las señales, más obedientes a su dirección. Necesitamos hoy más que nunca activar nuestra fe, leyendo su Palabra, orando y velando para que el evangelio llegue hasta el último rincón de esta tierra.
Todo está escrito en su Palabra, pidamos discernimiento para entenderla, para que se agudicen nuestros sentidos espirituales, porque no es una advertencia vacía, sino una invitación de amor, porque es un Padre que nos está anunciando con tiempo lo que sucederá para que estemos listos. Como lo dijo Pablo en 1 Tesalonicenses 5:4 “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”.
Esta promesa es para los que velan, para los que oran, para los que disciernen, para los que se humillan y buscan al Señor con todo su corazón. No con miedo, sino con reverencia, no con ansiedad, sino con expectativa. Porque Jesús vuelve y queremos tener un corazón preparado, un espíritu sensible, y una fe firme, para lo que el Señor tiene reservado para nosotros. Los ojos naturales ven acontecimientos, los ojos espirituales ven señales, esta diferencia ha sido una constante a lo largo de la historia sagrada, no es que el mundo esté sin dirección, es que muchos no han aprendido a leer lo que el cielo está escribiendo. Lucas 21:11 dice “y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo”. Solo los que estén preparados espiritualmente lo captarán.

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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